
Rafael Ernesto Arce Mosqueira, hijo del presidente de Bolivia, Luis Arce, adquirió en el 2021 un terreno de 2.187,8 hectáreas por un valor de 3,3 millones de dólares en el departamento de Santa Cruz, el departamento más extenso y productivo del país. La adquisición se realizó un año y medio después de que dejara de ser funcionario público, según una investigación de Connectas junto con un grupo de periodistas en alianza con otros medios de comunicación.
Específicamente, a sus entonces 25 años, Arce Mosqueira compró el “Predio Empresarial y Agrícola Adán y Eva”. Dicho negocio ha sido objeto de escrutinio debido a la corta edad del comprador y a su historial laboral limitado en cargos públicos con salarios modestos.
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La millonaria transacción se concretó después de haber dejado de ser funcionario público en la Empresa Nacional de Electricidad (ENDE). Antes, en el 2014, cuando tenía 18 años y su padre cumplía ocho años como ministro de Economía de Evo Morales, fue contratado como “auxiliar de soporte” en la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), de acuerdo con Connectas.
Los autores de la investigación preguntaron a Arce Mosqueira ¿cómo pudo acceder a un crédito millonario si hasta entonces había sido un funcionario público de rango medio y no proviene de una familia adinerada? No hubo respuesta.

Desde la compra, se aceleró la conversión del lugar en cultivos extensivos de maíz y soya, pese a pertenecer a una zona de bosque de conservación y uso sostenible de la tierra, según la investigación.
Eso se explica, dice Connectas, en un trámite exprés por el que obtuvo luz verde de la Autoridad de Bosques y Tierras (ABT) para ampliar los desmontes, o deforestación, a casi 1.000 hectáreas. Las imágenes satelitales muestran que entre el 2022 y 2024 desaparecieron 479,46 hectáreas de bosque.
Un estudio de un perito ambiental independiente, basado en lo establecido en el Plan de Uso de Suelo (PLUS) y la Ley Forestal, concluye que el bosque debería ocupar el 69,3% de la superficie de “Adán y Eva”, pero la ABT no solo autorizó una deforestación mayor, sino que le dio licencia a Rafael para eliminar la unidad de “Bosque de Protección de Laderas (UP-L)”, que figuraba en el anterior Plan de Ordenamiento Predial (POP) y cuyo propósito era proteger 260 hectáreas.
En ninguna parte del modificado plan de ordenamiento predial se aprueba la implementación de cultivos intensivos, sostiene la investigación. Pese a ello, entre febrero y marzo de este año, los sembradíos de maíz y soya formaban gigantes ríos verdes que serpenteaban entre las montañas y se perdían en el horizonte de “Adán y Eva”, según se pudo observar en dos visitas al lugar.
En las tierras del hijo del presidente de Bolivia tampoco se cumplió el Decreto Supremo 5225, expedido por su padre mediante el cual prohibió las quemas en todo el país en el 2024, ante la emergencia ocasionada por los incendios forestales que arrasaron 12 millones de hectáreas en medio año.
Para llevar la cosecha a los mercados, Rafael ahora cuenta con un puente de 148 metros de longitud, en doble vía sobre el río Piraí, a tan solo 15 kilómetros de su propiedad. Para su construcción, el Gobierno de Luis Arce desembolsó 21,7 millones de bolivianos (US$3,1 millones). Era una demanda de los pobladores desde hace 20 años, que, dicen ellos, “don Rafael” les ayudó a concretar, según Connectas.
Según las fuentes consultadas por los investigadores, el caso “Adán y Eva” no solo expone el daño irreversible al ecosistema, sino la arbitraria disposición de instituciones del Estado para beneficiar al hijo menor del presidente de Bolivia en detrimento de la propia naturaleza. Al menos una modificación en el ordenamiento del predio, emitida en tiempo récord poco después de que Rafael adquiriera el predio, y la construcción del puente durante la actual Administración favorecieron indirectamente los negocios agrícolas de Rafael.
La Escritura Pública de Transferencia indica que un mes antes de la firma de este documento, el hijo del presidente Arce pagó por anticipado US$ 280.000 y que los US$ 3.055.485 restantes los obtuvo mediante un crédito en el mismo banco donde los anteriores propietarios habían hipotecado el predio, indicó Connectas.
Los bancos tienen prohibido brindar información sobre operaciones financieras de personas naturales o jurídicas, pero Connectas consultó a fuentes de la Asociación de Bancos Privados de Bolivia. Bajo condición de anonimato, indicaron que para acceder a un crédito similar al adquirido por el hijo del presidente la persona debe tener un buen historial crediticio, presentar certificados de altos ingresos y pagar el equivalente al 30% de sus ingresos por alrededor de 10 años con una tasa de interés entre el 5% y el 15%. Se le consultó a Rafael Arce sobre las condiciones y garantías que le permitieron acceder al crédito, pero tampoco respondió.
El año pasado, Héctor Arce, diputado del MAS aliado del expresidente Evo Morales, cuestionó el origen de la fortuna de Rafael y lo denunció penalmente en la Fiscalía General del Estado por los presuntos delitos de legitimación de ganancias ilícitas y uso indebido de influencias. La Fiscalía no respondió la pregunta sobre el estado del proceso.