
Visibilizar la amenaza de la minería ilegal, la cual pone en riesgo no solo la seguridad de las minas sino también la viabilidad de los proyectos de exploración minera, que constituyen nuestra garantía de producción futura.
Y es que dicho flagelo ya viene obstaculizando la exploración en varias zonas del país, al extremo de que “el trabajo se hace inviable en algunos sitios”, apunta Miguel Cardozo, presidente de Alturas Minerals.
Se trata, explica, de una actividad ilícita que afecta principalmente a las zonas con mineralización de oro, muchas de las cuales están repletas de “mineros informales, mineros ilegales, delincuentes y mafias organizadas”.
Y esto, no solamente en la provincia de Pataz (La Libertad).
MINERÍA ILEGAL
Arturo Lozano, consultor en minería, apunta que hay una creciente disputa por áreas mineralizadas entre mineros artesanales e ilegales contra empresas mineras en regiones como Apurímac, Puno y Cajamarca, donde la actividad exploratoria es intensa.
Hablamos, indica, de un fenómeno novedoso que se explica por la conjunción de dos factores: la continua ampliación del Registro Integral de Formalización Minera (Reinfo) por parte del Congreso de la República, y el creciente incremento del precio del oro, que ya se cotiza en US$3.300 la onza.

Esto es, 100% más que hace cinco años y 695% más que hace veinte.
Nada haría prever, sin embargo, que esta problemática se vaya a resolver demasiado pronto. Y es que el precio del oro “podría subir hasta niveles de $4.000 muy fácilmente”, anota José Vizquerra, CEO de Silver Mountain Resources.
“Ya teníamos un problema grande con las demoras en los permisos para explorar, y ahora tenemos un problema grande con el oro”, expresa el ejecutivo minero.
A su entender, lo que estamos viviendo con la minería ilegal es terrible, no solo por los asesinatos que presenciamos sino porque el dinero ilícito que dicha actividad genera puede “ir a lugares que no queremos”, como a la campaña electoral del próximo presidente de la República.
Y es que la cantidad de dinero que la minería ilegal de oro maneja permite a esta “hacer cualquier tipo de acuerdos con políticos, que son también corruptos, y que necesitan financiamiento para sus campañas y para adueñarse, prácticamente, del Parlamento”, remarca Cardozo.
Mientras tanto, esta actividad viene poniendo contra las cuerdas a las mineras formales de Pataz (como Poderosa), todas las cuales deberán detener operaciones por no menos de un mes como parte de la estrategia del Gobierno para combatir la minería delincuencial en esta zona.
El metal dorado no es, sin embargo, el único que brilla (para bien o para mal) en la frondosa geología peruana.

COBRE Y ORO
Cobre y el oro son, en ese orden, los metales hacia donde se orienta la mayor inversión en exploración en el Perú. Esto, a lo largo y ancho del país.
Les siguen el estaño, por iniciativa de la peruana Minsur en la región Puno; y el zinc, ‘commodity‘ que los productores polimetálicos del centro vuelven a buscar con gran intensidad.
Cierran la lista el hierro, la plata, el plomo y, finalmente, el litio, “hacia donde se dirige menos del 1% de la inversión en exploración”, apunta Walter Tejada, gerente de exploraciones de BHP y presidente de proEXPLO 2025.
“Esto indica cuáles son las fortalezas que tiene el país”, remarca.
Para el geólogo queda bastante claro que el cobre y el oro son los metales por los que debemos de apostar debido a sus positivos fundamentos de largo plazo y a su gran abundancia en nuestro territorio.
De allí el interés que sigue despertando el Perú entre los inversionistas locales e internacionales, a pesar de los sucesos acaecidos en Pataz.
En efecto. Gustavo de Vinatea, gerente general del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), comenta que su representada viene sosteniendo reuniones con diversas embajadas y representaciones diplomáticas que “muestran su preocupación por el crecimiento descontrolado” de la minería ilegal en nuestro país.

Felizmente, añade, nuestro potencial sigue entusiasmando a muchos inversionistas, “sobre todo, a aquellos que nos interesa atraer y que tienen estándares de primer nivel social y ambiental”.
Es el caso de la junior canadiense Hanan Metals, que tiene la expectativa de descubrir un distrito gigante de oro y cobre en su proyecto Valiente, localizado cerca de Tingo María (Huánuco).
Y también del productor canadiense First Quantum, que reveló en proEXPLO 2025 su intención de avanzar el megaproyecto de cobre La Granja (US$2.400 millones) hasta la fase de factibilidad en el 2028.
BRECHA DE HALLAZGOS
Descubrir nuevos yacimientos a través de la exploración es una tarea urgente para asegurar el suministro futuro de minerales y atajar los males que podrían sobrevenirnos si descuidamos esta actividad.
Esto, no ahora, sino “entre el 20230 y el 2040″ porque los ciclos de los metales tienen una duración de diez años, advierte Vizquerra.
“Si hoy en día no tenemos más descubrimientos ni invertimos en nuevos proyectos, no vamos a poder competir con otros países mineros”, remarca el ejecutivo minero.
La admonición es oportuna porque los últimos grandes descubrimientos de cobre y oro efectuados en nuestro país datan de hace unos veinte años.

Nos referimos al proyecto de cobre Zafranal, descubierto en el 2004 por la canadiense Teck, y al proyecto de oro San Gabriel (otrora Chucapaca), develado en el 2008 por Buenaventura y Gold Fields.
“Luego de eso no hemos registrado ningún nuevo descubrimiento ‘greenfield’, y eso es preocupante”, señala Tejada.
Razones para esto hay varias. Las más relevantes son los conflictos sociales y los cambios regulatorios, que “impiden que perforemos más proyectos”, indica el geólogo.
Y, no menos importante, el ruido internacional, que ahuyenta la inversión.
PIEDRAS EN EL CAMINO
La ausencia de financiamiento es, precisamente, un problema que vuelve a rondar a la industria de exploración, particularmente, a las mineras junior que tradicionalmente aportaban el 40% a 45% de los presupuestos globales de exploración (versus un 55%-60% de las empresas productoras).
Hoy, señala Cardozo, esa cifra ha bajado a 25% o 30% debido a los aranceles impuestos por Donald Trump al Canadá, los cuales han “secado, prácticamente, la fuente de dinero de la bolsa de valores de Toronto”, la más importante para el sector explorador en el mundo.

Se trata, explica el geólogo, de un fenómeno bastante reciente que está afectando severamente a las mineras junior canadienses en el Perú, las cuales han efectuado grandes descubrimientos, en su momento, como Pierina, Cañariaco, Mina Justa, Haquira, Pampa del Pongo, Constancia y Río Blanco.
A esto se añaden las consabidas trabas regulatorias, como las demoras en el otorgamiento de los permisos para perforación, que pueden extenderse por un año o año y medio en la mayoría de países mineros, pero que en el Perú se alargan hasta 3 o 4 años, refiere Tejada.
Y, también, los procesos que representa para las compañías exploradoras el desarrollo de la Consulta Previa.
Hablamos de 26 procesos concluidos en sendos proyectos de exploración, los cuales “han sido una piedra en el camino” porque han demorado hasta tres años en algunos casos, manifiesta Alberto Ventura, socio del estudio Miranda & Amado..
La cereza de la torta en esta serie de obstáculos es, por supuesto, la eclosión de la minería artesanal e ilegal, que añade una nueva dimensión a los problemas que ya enfrentan las compañías senior y junior en su afán por desarrollar los proyectos mineros.
CONTROL TERRITORIAL
Estos son los desafíos que urge allanar para no perder impulso en la curva ascendente de la inversión en exploración, que se viene recuperando progresivamente desde el 2020 (Ver gráfico).

Y para no perder el paso frente a Argentina, país que acaba de anunciar el descubrimiento de “las mayores reservas de cobre de los últimos 30 años en el mundo”.
La alternativa no es placentera. Y es que si no actuamos con presteza podemos perder el control del país.
“Esto significa que no solo la minería va a ser la afectada sino grandes extensiones de territorio en todas las actividades económicas”, advierte Cardozo.
En ese escenario, apunta el geólogo, la exploración minera será imposible.