Definitivamente, las células más jóvenes tienen mayor capacidad de resistir al estrés. Además, por sus pocas horas o años de vida, están menos inflamadas.
Definitivamente, las células más jóvenes tienen mayor capacidad de resistir al estrés. Además, por sus pocas horas o años de vida, están menos inflamadas.

Con el pasar del tiempo, las funciones en distintos órganos y tejidos se vuelven lentas, defectuosas, generando un estado de alerta y curiosidad en las personas que los lleva a buscar o averiguar sobre el buen funcionamiento de su cuerpo. Así realizan múltiples visitas a médicos, especialistas, entre muchos otros profesionales de la salud, por lo general después de los 40 años en adelante, y con mayor frecuencia al llegar a los 60.

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Este sueño que muchos ofrecen en TV o redes sociales —detener el proceso de envejecimiento— cobra mayor interés, obviamente porque está ligado a la aparición de enfermedades degenerativas, autoinmunes o raras, así como el cáncer en sus distintas modalidades. Previamente, la inflamación sostenida y crónica sigue siendo quien desgatilla a nivel genético la activación de la displasia celular: un cambio en el rumbo de las funciones celulares hacia lo desconocido, desarreglado, malo, feo, o como se le quiera llamar, cuando un órgano funciona mal y produce una clínica determinada con signos y síntomas que alteran nuestra calidad de vida, bienestar y, finalmente, nos enferman y reducen la longevidad que teníamos codificada desde el nacimiento.

Este cambio patológico celular ocurre por múltiples razones: mala alimentación, pésimas horas de sueño, estrés cotidiano, sedentarismo, consumo de drogas, exceso de alcohol o nicotina, entre muchos otros factores que llevan a esta inflamación crónica o estado prepatológico (estado pro-enfermedad) a que ocurra.

Definitivamente, las células más jóvenes tienen mayor capacidad de resistir al estrés. Además, por sus pocas horas o años de vida, están menos inflamadas. Así, en la mayoría de estudios, las enfermedades raras o degenerativas aparecen en personas por encima de los 40 o 50 años.

Entonces, ¿existe la manera de mantener las células del cuerpo humano sin inflamación?La respuesta es sí.

Ahora, de ahí a que los pacientes lo logren, es un reto, sobre todo porque la gran mayoría tenemos responsabilidades, tareas, trabajos que nos relacionan con un entorno muchas veces no agradable o exigente. Así se altera el sueño, la alimentación, la capacidad de manejar el estrés, como ustedes ya sabrán.

Las películas nos muestran sustancias que ayudan a detener el tiempo. ¿Esto es verdad? ¿Por qué muchas personas mantienen su longevidad, funcionalidad, masa muscular… y otros no?

La respuesta está en su estilo de vida y, además, en los posibles tratamientos de avanzada. Destacan la modulación hormonal según analíticas de sangre, donde la reposición de hormonas mejora la vitalidad de las personas.

Los péptidos, también conocidos como boosters de la propia producción de hormona de crecimiento, logran que todas nuestras células reciban señales tal cual como cuando teníamos 18 o 21 años. Así, los procesos de regeneración o rehabilitación celular son más rápidos.

Las terapias endovenosas con el uso del NAD+ son una potente forma de disminuir la inflamación del cuerpo, así como de evitar el encogimiento del telómero a nivel genético, logrando mantener los genes intactos, blindados de la inflamación. Así no se desgatillarían enfermedades autoinmunes, por ejemplo.

Medicamentos nuevos como la liraglutida, que ayuda a dar saciedad a pacientes con obesidad, revolucionan la medicina, combatiendo esta pandemia que degenera y enferma a adultos y niños en todo el mundo.

Tenemos mucho que estudiar aún, pero la ciencia avanza a pasos gigantes, tal cual la evolución en la tecnología, donde los celulares cambian cada seis meses con nuevas funciones, de la mano con la inteligencia artificial.

Así, con un adecuado estilo de vida y nuevos medicamentos que logren hackear nuestro ADN dentro de protocolos de extensión de vida, potenciaremos la longevidad y la funcionalidad. Sanos y vitales, serán más años de felicidad en las últimas décadas de nuestra vida.

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