
Liliana Pizán Chirado fue detenida el jueves en Trujillo. La policía la señala como el brazo legal de Miguel Rodríguez Díaz ‘Cuchillo’, sindicado como autor intelectual del asesinato de 13 trabajadores mineros en Pataz (La Libertad). Ella habría adquirido los pasajes aéreos que permitieron que el delincuente escapara a Colombia. En la diligencia policial se le encontraron dinero, joyas y esmeraldas que habrían sido adquiridas por ‘Cuchillo’. Pero esa no es la única sorpresa que deparó su detención.
La abogada, quien militó anteriormente en APP de César Acuña y en el Partido Morado, hoy está afiliada a la agrupación política Perú Primero, que tiene como rostro visible a Martín Vizcarra. Está inscrita en ese partido desde el 7 de octubre del 2024. Ese día, venció el plazo para que los ciudadanos que deseen participar en las elecciones primarias con miras a los comicios regionales y municipales del 2026 cuenten con la condición de afiliados en la agrupación política por la que desean postular. No es una coincidencia entonces la fecha de su inscripción: Liliana Pizán buscaba ser candidata a algún cargo de elección popular por Perú Primero.
Martín Vizcarra no puede postular a la presidencia, al Senado ni a ningún otro cargo público. Y él lo sabe. El verdadero objetivo de su campaña engañosa y sus mediáticas giras a regiones es otro. Es capitalizar su popularidad para impulsar a los candidatos de su partido. Personajes en su mayoría desconocidos, con agendas poco claras que llegarán al poder gracias al arrastre de Vizcarra. Personajes como Liliana Pizán. Así, el expresidente busca asegurar cuotas de poder en el Congreso, municipios y gobiernos regionales que responderán a sus intereses.
Perú Primero intentó desmarcarse de Pizán con un comunicado en el que anuncia la “suspensión de sus derechos partidarios”. Sin embargo, lo único que ha logrado es evidenciar los bajos estándares que aplican para filtrar y seleccionar a sus cuadros y sus potenciales candidatos.