
Un ejercicio clásico en la enseñanza de la macroeconomía consiste en imaginar escenarios para la economía global. Aquí un escenario apocalíptico (posible) que podría enfrentar EE.UU. en los próximos 24 meses, causado por el aumento agresivo de aranceles de Trump.
El costo de materiales representa aproximadamente la mitad de los ingresos de las empresas, importando alrededor de un tercio de estos materiales. Si los aranceles aumentaran un 20%, esto elevaría los costos de materiales en cerca del 3% de los ingresos. A simple vista no parece catastrófico, pero con sectores corporativos con palanca financiera y márgenes de precios escuetos en retail, el aumento podría ser suficiente para generar una contracción en la demanda por trabajadores. Las crisis económicas suelen comenzar así, con pequeñas perturbaciones en economías vulnerables. De ahí una progresión.
Meses 1-3: la incertidumbre invade a las empresas. Se preguntan si sus márgenes resistirán el golpe a sus costos, cómo responderán sus consumidores ante precios elevados y si podrán reorganizar sus cadenas de suministro. El resultado inmediato es la congelación de nuevas contrataciones. Las bolsas caen en picada. La Reserva Federal responde tardíamente por temor a la subida de precios.
Meses 4-6: el desempleo sube, profundizando la recesión. La Reserva Federal reconoce la gravedad y reduce las tasas, pero la economía ya está en territorio insensible a los estímulos.
Meses 7-9: la caída en ingresos fiscales profundiza el déficit. Aparecen tensiones entre la Reserva Federal y Trump, que presiona al banco central estadounidense para intervenir en los mercados de crédito al consumidor. La Reserva Federal se resiste, lo que añade incertidumbre.
Meses 10-12: la crisis llega al mercado de bonos del Tesoro estadounidense por primera vez. China, anticipando un posible nuevo presidente de la Reserva Federal, dispuesta a dejar libre la inflación, acelera su venta de bonos estadounidenses, provocando los primeros fracasos en subastas del Tesoro. La FED interviene, pierde más credibilidad, el dólar se debilita generando una crisis global causada por la falta de confianza en el valor de las reservas internacionales.
Meses 13-18: llega un nuevo presidente de la FED afín al gobierno. La crisis se agrava, desencadena alta inflación, desempleo disparado y dificultades para refinanciar la deuda pública estadounidense. Crisis global.
Meses 19-24: la Unión Europea, China, Japón y el FMI forman un grupo de trabajo para construir un nuevo sistema monetario internacional que reemplace al dólar de Bretton Woods. El mundo comienza a recuperarse, EE.UU. queda sumido en una crisis política, perdiendo control legislativo. Brasil, India y Australia se consolidan como economías estables y pujantes.
Aunque hipotético, este escenario advierte sobre lo frágil que es la confianza económica. Destruir resulta más fácil y rápido que reconstruir. La administración de Trump debe imponer una doctrina de gradualismo, sea cual sea su ideología.