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La elección de León XIV como nuevo Papa dejó en claro que Latinoamérica sigue siendo una región clave para la Iglesia Católica y que el legado del papa Francisco persistirá. El nuevo pontífice tendrá ahora que construir su propio estilo de liderazgo en momentos en que la milenaria institución que representa enfrenta retos que desafían su relevancia a nivel mundial.
Ricardo Falla Carrillo, profesor del Departamento de Filosofía y Teología de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya, destaca que, pese a los desafíos, el nuevo Papa sigue con la tradición de las últimas décadas de una Iglesia que no tiene miedo a dialogar con lo contemporáneo ni con los problemas actuales.
-Latinoamérica vuelve a tener un Papa cercano a la región. ¿Qué mensaje ve para los fieles de esta parte del mundo con la elección de León XIV?
Es clarísimo que América, donde el catolicismo se extendió a partir del siglo XVI, es el espacio más católico del mundo. Es obvio, necesario y justo que los últimos Papas sean de nuestro continente. Ese es un mensaje muy claro de esta elección, porque se habla de la universalidad de la iglesia.
"Es obvio, necesario y justo que los últimos Papas sean de nuestro continente. Ese es un mensaje muy claro de esta elección, porque se habla de la universalidad de la iglesia"
-El Papa León XIV mantuvo una postura similar a la de Francisco y tuvo una relación muy estrecha con él, incluso fue nombrado presidente de la Pontificia Comisión para América Latina. ¿Se puede esperar continuidad en cuanto a las posturas del pontífice argentino?
Desde el nombre que se pone, podemos decir que sigue la tradición. Es un homenaje a otro gran Papa, León XIII. Con el Papa León XIII se inicia la doctrina social de la iglesia en 1891, con la publicación de la encíclica Rerum novarum. Esta encíclica puso en evidencia la preocupación de la Iglesia Católica en relación con los santos evangelios acerca de la preocupación social y la condición de los trabajadores que habían sufrido enormes problemas de explotación en plena revolución industrial. Desde León XIII, la Iglesia Católica ha caminado en esta preocupación social de entender las características de la época y del diálogo que hay que tener con cada época. Hay una filiación espiritual entre León XIII, Pío XI Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I, Juan Pablo II, Benedicto XVI y finalmente Francisco, que es la de una Iglesia que no tiene miedo a dialogar con lo contemporáneo ni con los problemas actuales. Si eso es progresista, entonces el espíritu Santo también es progresista, porque sino la Iglesia no caminaría con el tiempo, no escucharía la voz de la historia, y por ende queda anquilosada y encerrada en sí misma. Pero con León XIII, Juan XXIII y con todos los Papas que han seguido, se ha visto esta actitud de crecimiento. Pienso que [esta elección] está dentro de lo que se esperaba.

-¿Se podía pronosticar que este Papa iba a elegir el nombre León XIV?
Podría haber sido Juan XIV o Francisco II, porque está mucho en esa línea, pero queda claro el homenaje al gran León XIII. Si contextualizamos la encíclica Rerum Novarum, podemos ver un mensaje de cambio, transformación y cercanía. La iglesia tiene que estar al lado de la gente de forma imperativa; al lado de los que sufren. Y en su alocución inaugural, León XIV ha expuesto dos conceptos centrales: en primer lugar la gratitud a Francisco, con quien evidentemente hay una conexión espiritual por sus ideas, pensamiento y carisma; y en segundo lugar, el llamado a la paz que hoy se ve fuertemente amenazada. En Europa del Este está la guerra Rusia - Ucrania. También vivimos la guerra en ciernes entre India y Paquistán, y además lo que ocurre en la franja de Gaza. Entonces, la Iglesia tiene que ponerse al lado de la paz. Ahí el papa León XIV dijo dos cosas: paz y justicia.
-Si bien hay conexiones evidentes, ¿qué cree que puede diferenciar al Papa León XIV de Francisco?
Es el primer Papa agustino, de la orden de San Agustín, así como el padre Jorge Mario fue el primer papa jesuita. Eso es interesante, porque estamos hablando de dos de las más importantes congregaciones de la Iglesia Católica. Es de esperar la espiritualidad agustina, que está centrada siempre en la búsqueda del Dios interior. La orden de San Agustín es de las congregaciones más antiguas que existen en el mundo. Se fundó en el siglo V después de Cristo, imagínense su longevidad. Pero también es clave la formación del padre Prevost. Fue profesor de matemática en educación secundaria y después fue profesor de física. Su formación es la de un hombre de ciencia, mientras que Francisco tuvo una formación más humanista. Como todo sacerdote, tiene estudios en filosofía y teología, y un doctorado en teología. La formación está ahí, pero hay elementos característicos que podemos observar. Habría que ver cómo esa formación de profesor de matemática se comienza a observar en su pontificado; como todo matemático, razonará de manera muy analítica. Y por lo que he escuchado, es un hombre de análisis muy fino y de inteligencia sutil.
-En varios aspectos la Iglesia ha estado dividida, con representantes que se mostraron en contra del Papa Francisco en diversos momentos. Hubo varias críticas de alto calibre en su contra por una tendencia que se consideraba progresista. ¿Cómo prevé las reacciones de los sectores más conservadores a este nuevo Papa, considerando la cercanía de ambas figuras?
Si ser progresista es estar del lado de los que sufren, de los humillados y excluidos, de los que se unen contra las desigualdades y contra la explotación del medio ambiente, hay que recordar que es el mensaje de Cristo. Entonces, Cristo sería progresista. Pero no se trata de eso. Las reacciones contra Francisco eran de esperar porque alguien con convicciones muy claras y que defiende la radicalidad del Evangelio, de ir a la raíz, siempre va a generar miedo y sospechas de quienes de pronto quisieran a una iglesia más alineada a los poderes temporales, y que se dedique solamente a la parte más ritual, más externe. Pero el cristianismo no se define por los ritos solamente, sino por los compromisos con el prójimo. Pienso que esa es la iglesia a la que aspira el Espíritu Santo: una que camine con la gente. Y ayer lo dijo el Papa León. Es una iglesia que va a tender puentes con el mundo, con la diversidad y con las diferencias. Creo que eso es lo que nuestra iglesia necesita hoy para comprender los grandes retos de la época.

-Apertura y puntos medios, quizás…
Totalmente. Querer adaptarse o entender el nuevo mundo no implica que uno reniegue de sus tradiciones. Las tradiciones son componentes importantes en cualquier religión; el punto mariano es fundamental para la iglesia católica. Y ayer me encantó que el Papa León rezase un Ave María con todos los fieles, porque se estaba encomendando a la intermediación mariana para que guíe sus pasos como sumo pontífice.
-¿Cómo ve los desafíos que enfrenta en cuanto a su estilo de liderazgo en relación a Francisco, quien tuvo un gran carisma y peso mundial?
Quienes son elegidos Papas tienen una formación impresionante y una experiencia de negociación, de diálogo, que ya quisiera tener cualquier persona. Antes de lanzarse a dar opiniones o apreciaciones estoy seguro que él va a discernir cada cosa que tiene que decir porque está hablando a una Iglesia que es universal, que es la casa de todos y en la que hay personas de todas las tendencias, y eso hay que entenderlo. Yo confío en él como he confiado en todos los Papas porque cada uno tiene sus características, sus puntos fuertes, su personalidad. Hay que estar abiertos a lo que pueda decir.
-Una de las crisis que más ha golpeado a la Iglesia se centra en las denuncias de abuso o encubrimiento. ¿Cómo cree que León XIV va a enfrentar este desafío?
Benedicto XVI fue el parachoques de este problema, a él le tocaron las circunstancias más duras porque durante su papado estallan estos hechos lamentables. Y lo que hizo Francisco, lejos de ocultar esto, fue ventilar la casa. Toda casa que cierra las ventanas se llena de humo, de vapor, y se enmohecen las perspectivas. Francisco dijo claramente que había que enfrentar el tema y yo creo que Prevost va a seguir con esto.
-¿En qué temas cree que se enfocará León XIV al inicio de su pontificado?
Considero que en primer lugar se va a enfocar en conversar con los diferentes sectores, en tender puentes al interior de la Iglesia. En segundo lugar, va a situar a la Iglesia en un papel de relevancia en el contexto bélico que existe a nivel internacional. En tercer lugar está el reto de cómo enfrenta la Iglesia el impacto de las nuevas tecnologías y los problemas derivados de la destrucción del medio ambiente. Y obviamente no dejará de lado la dimensión espiritual, el cuidado del alma. Él, como agustino, estoy seguro de que lo va a hacer.