
Si tienes un niño que ya empezó a ingerir alimentos o que está en etapa escolar, de seguro te ha tocado batallar en más de una ocasión para que coma todo lo que le pusiste en el plato o que prefiere ciertas recetas y deja de lado otras que son altamente nutritivas. Es aquí donde muchos ven cómo rechazan la comida y le ofrecen un vaso o taza de leche pensando que con eso cubrirán sus necesidades de alimentación, ¿por qué no es correcto a nivel nutricional? Hoy te explico, de la mano de la nutricionista Youmi Paz, la poderosa razón por la que no debes hacerlo ya sea en la mañana o noche si es que tienes la posibilidad de motivarlo con otros complementos igual de deliciosos.
La leche es un alimento clave, siempre que se consuma en las cantidades adecuadas, y aporta beneficios como el fortalecer huesos y dientes, dar nutrientes esenciales y ayudar a prevenir enfermedades; pero no es aconsejable que sea lo único que se ingiera en el desayuno o cena.
Y es que este producto es una excelente fuente de calcio, proteínas, vitaminas y minerales importantes para el organismo, pero no es suficiente para cubrir todo lo que un niño en pleno desarrollo requiere.

¿Es bueno que los niños solo tomen leche en las comidas?
La respuesta es NO. Si bien la leche es un alimento altamente nutritivo y fundamental en la dieta infantil, porque aporta nutrientes clave como calcio, proteínas de alta calidad, y vitaminas A, D y del complejo B, no cubre por sí sola todos los requerimientos energéticos y nutricionales que un niño necesita, especialmente en etapas de crecimiento.
“Para garantizar una correcta nutrición y una dieta balanceada, es importante complementar su consumo con otros alimentos. Por ejemplo, en el desayuno, el cuerpo necesita una combinación de carbohidratos, grasas saludables, fibra y otros micronutrientes que brinden energía sostenida y favorezcan la concentración y el rendimiento escolar. Complementar la leche con alimentos como frutas, cereales integrales, pan con palta o huevo, asegura un desayuno completo y equilibrado. En la noche, lo ideal es ofrecer una cena ligera pero variada, que incluya también vegetales, alguna fuente de proteína y un carbohidrato de fácil digestión. La leche puede ser parte de ese momento, especialmente si se toma tibia, ya que también contribuye a una mejor calidad del sueño, pero no debe reemplazar una comida completa”, explica.

Youmi Paz destaca la necesidad de complementar el consumo de leche con otros grupos de alimentos que aporten carbohidratos, proteínas, grasas saludables, vitaminas y minerales, como parte de una dieta balanceada. Esta combinación aporta proteínas, calcio, fibra y otros nutrientes clave, que fortifican el sistema inmunológico y favorecen el desarrollo físico y cognitivo en los niños.
“Es importante acompañar una buena alimentación con hábitos saludables como la actividad física regular, una adecuada hidratación y un buen descanso. Creemos que la leche es una gran aliada dentro de un estilo de vida saludable, siempre que forme parte de un patrón alimentario completo y balanceado, adaptado a cada etapa de la vida”, agregó.
Según las recomendaciones nutricionales, los niños en edad escolar (entre 6 y 12 años) deberían consumir entre 2 a 3 porciones de lácteos al día (aproximadamente 2 o 3 vasos de leche o sus equivalentes en yogurt o queso). Esta cantidad cubre adecuadamente sus requerimientos de calcio, proteínas, vitamina D y otros nutrientes esenciales.
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Periodista. Licenciada en Periodismo por la USMP con más de 10 años de experiencia en periodismo televisivo, radial y digital para medios de comunicación líderes del país. Actualmente Coordinadora de Nuevas Audiencias en el Grupo El Comercio (Lima, Perú).