Preparar un sándwich parece una tarea sencilla. Según los expertos, hay un error común que la mayoría comete. (Foto referencial: Freepik)
Preparar un sándwich parece una tarea sencilla. Según los expertos, hay un error común que la mayoría comete. (Foto referencial: Freepik)
Autor Jorge Villanes
Jorge Villanes

El sándwich de queso es un clásico con una historia de casi 400 años; sin embargo, según varios expertos, lo hemos estado preparando mal todo este tiempo. El error más común es rallar el queso en lugar de cortarlo en láminas, lo que hace que los trozos se caigan fácilmente del pan y el resultado sea más desordenado.

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La doctora Nutsuda Sumonsiri, especialista en ciencia y tecnología de los alimentos en la Universidad de Teesside, explicó que es mejor usar queso en láminas finas para un sándwich frío. “El queso laminado mantiene mejor su forma y ofrece una sensación más uniforme al morder”, dijo la experta en conversación con el medio Daily Mail.

Además, recomendó evitar el cuchillo común y usar herramientas más precisas como una rebanadora de queso o una mandolina con ajuste de grosor.

El sándwich es un platillo con cientos de años de antigüedad que encanta a personas de todas las edades y culturas. (Foto referencial: Freepik)
El sándwich es un platillo con cientos de años de antigüedad que encanta a personas de todas las edades y culturas. (Foto referencial: Freepik)
Viene en diferentes preparaciones, siendo el más conocido el sándwich de jamón y queso, un clásico en la mayoría de cocinas. (Foto referencial: Freepik)
Viene en diferentes preparaciones, siendo el más conocido el sándwich de jamón y queso, un clásico en la mayoría de cocinas. (Foto referencial: Freepik)

La conversación sobre si es mejor usar queso rallado o en láminas incluso llegó a TikTok, donde los usuarios debaten al respecto. La tiktoker @amytrackandtrail comentó que prefiere rallar el queso si lo acompaña con pepinillos, pero lo corta si el relleno incluye papas fritas. Otros aportaron ideas distintas, como usar un pelador de papas para obtener tiras finas de queso.

Aunque el queso rallado tiene su lugar, especialmente en platos como papas al horno o espaguetis, donde se busca cubrir toda la superficie con pequeñas porciones, no es ideal para los sándwiches. “Las rebanadas finas —de entre 2 y 3 milímetros— logran un buen equilibrio entre facilidad al morder y buen sabor sin sobrecargar la proporción pan-relleno”, explicó Sumonsiri.

En los sándwiches calientes, como los tostados, el queso rallado puede ser mejor. “El mayor área de superficie de los trozos pequeños permite que se derrita más rápido y de forma más uniforme, mejorando la textura y la cohesión entre capas”, señaló Sumonsiri. Aun así, recomienda evitar quesos rallados preempaquetados con agentes antiaglomerantes, ya que pueden afectar el derretimiento.

El debate sobre si debe usarse queso rallado o en láminas para un sándwich es una cuestión de preferencia personal que afecta la distribución del sabor. (Foto referencial: Freepik)
El debate sobre si debe usarse queso rallado o en láminas para un sándwich es una cuestión de preferencia personal que afecta la distribución del sabor. (Foto referencial: Freepik)

Por otro lado, el queso rallado también permite mezclar distintos tipos con mayor facilidad, según la experta en quesos Katy Fenwick. “Los aromas se liberan más fácilmente con queso rallado por la mayor superficie de contacto”, dijo. También sugirió que si no vas a comer el sándwich de inmediato, lo enfríes pronto: “No recomendamos comer un sándwich de queso que haya estado a temperatura ambiente por más de cuatro horas”.

Al armar un buen sándwich, los expertos recomiendan aplicar una capa fina de mantequilla o mayonesa entre el pan y el queso, para evitar que se humedezca. También se puede usar mostaza o puré de palta. Como complementos, lo ideal es no exagerar para que el queso siga siendo el protagonista, pero ingredientes como tomate, lechuga, pepinillos o cebolla encurtida pueden aportar frescura.

Según Fenwick, también funcionan bien combinaciones como cheddar con piccalilli, brie con cornichons o pan de frutas con queso wensleydale.

Cómo preparar el sándwich perfecto

Según el portal Directo al Paladar, la clave para un sándwich perfecto empieza por la calidad de los ingredientes. Elige un buen pan fresco, que puede ser desde una baguette crujiente hasta un pan de molde tierno, y tuéstalo ligeramente si así lo prefieres.

La calidad de los embutidos y quesos es fundamental. Opta por ingredientes frescos y de buen sabor, y no temas combinar diferentes tipos para crear capas de sabor interesantes.

Para el montaje, la distribución de los ingredientes es crucial. No satures el sándwich. Busca un equilibrio que permita saborear cada componente. Las salsas o untables (como mostaza, mayonesa o pesto) son esenciales para añadir humedad y sabor, pero úsalas con moderación para no empapar el pan. Por último, incluir elementos frescos y crujientes como hojas de lechuga, tomate o pepino, eleva el sándwich, aportando contraste de texturas y un toque de frescura.

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