
Cuando Nikki Odum se fue de vacaciones con su familia, lo último que imaginaba era que ese viaje marcaría un antes y un después en su vida. En medio del descanso y la alegría con sus seres queridos, algo la hizo detenerse. Era un hallazgo mínimo, casi imperceptible para muchos. Pero para ella, fue una señal.
A sus 36 años, sin antecedentes familiares relevantes y con una vida activa y saludable, Nikki nunca pensó que podría formar parte de una estadística que, lamentablemente, va en aumento: la del cáncer de mama en mujeres jóvenes.
Su diagnóstico llegó semanas después del viaje. Y no fue leve. Los médicos le confirmaron que se trataba de un cáncer de mama en estadio III, un golpe tan inesperado como devastador.
La señal que le reveló un cáncer de mama
Lo que llamó su atención durante esas vacaciones fue una forma extraña bajo la axila, cerca del seno izquierdo. No era dolorosa, ni especialmente visible, pero algo en ella no le pareció normal. Decidió prestar atención a esa señal y consultó a su médico. Esa decisión, aparentemente simple, fue clave.

El mundo de Nikki se puso de cabeza. Como madre de dos niños, de cinco y doce años, el impacto del diagnóstico no fue solo físico o emocional: fue familiar. Sin embargo, desde el inicio decidió que el cáncer no definiría su vida, ni la de sus hijos.
“Senté a mis hijos y les dije: ‘No nos detendremos. Van a ir a todos los partidos de béisbol; van a ir a todos los entrenamientos. Yo estaré presente en todo lo que pueda’. Y así lo hice”, compartió Nikki en USA Today.
A pesar del tratamiento agresivo, múltiples cirugías, quimioterapia y radioterapia, logró estar presente para sus hijos y mantenerse activa en la vida familiar.
Cuántos casos de cáncer de mama hay en EE.UU.
La historia de Nikki no es un caso aislado. Este año, se estima que más de 317,000 mujeres serán diagnosticadas con cáncer de mama en Estados Unidos. Lo más preocupante es que los casos en mujeres menores de 50 años han ido en aumento desde mediados de los 2000. Según datos de la Sociedad Americana del Cáncer (ACS), la tasa ha crecido un 1.4% anual en este grupo.

En muchos de estos casos, el diagnóstico es de cáncer de mama HR+/HER2-, una variante que, si bien tiene buen pronóstico cuando se detecta a tiempo, conlleva un riesgo real de recurrencia. Para mujeres con cáncer en estadio II y III, como Nikki, ese riesgo es especialmente alto en los primeros cinco años, incluso si el tumor no ha afectado a los ganglios linfáticos.
“No sabía mucho sobre mi riesgo de recurrencia; solo sabía que quería hacer todo lo posible para dejar atrás el capítulo del cáncer”, explicó Nikki.
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Periodista. Estudió Comunicación en la Universidad de Lima. Diez años de experiencia en medios digitales. Actualmente se desempeña como redactor del Núcleo de Audiencias de El Comercio.