
Terrance Jones estaba participando en un estudio bíblico por Zoom una mañana cuando sonó su teléfono. Nunca imaginó que esa llamada cambiaría su vida para siempre.
Jones, un artista que vive en Chicago y trabaja en Northwestern Medicine, recibió la inesperada noticia de que lo habían diagnosticado con cáncer de próstata. Tenía solo 47 años y, lo más preocupante, no presentaba ningún síntoma.
“Me sorprendió”, dice Jones, quien tampoco sabía que los hombres de raza negra tienen entre un 70% y un 110% más de probabilidades de desarrollar cáncer de próstata que los hombres blancos, y el doble de probabilidades de morir por esta causa.
En agosto de 2022, fue al médico para un chequeo rutinario. Se sentía bien, aunque había subido un poco de peso. Su doctora le recomendó una prueba para detectar cáncer de próstata, algo que lo desconcertó.

“En aquel momento, no había oído hablar mucho del mayor riesgo que corren los hombres negros”, afirmó el hombre en conversación con el New York Post. “Pensaba que el cáncer de próstata era algo con lo que se enfrentaban principalmente los hombres mayores”.
Inicialmente, Jones no quiso hacerse el examen y dijo que volvería en otra ocasión, pero su doctora insistió: era un simple análisis de sangre que podía hacerse justo al final del pasillo. “Dudé por algo que creo que les ocurre a muchos hombres: nos sentimos como Superman, como si no fuera a pasar nada”, recordó, “pero no fue el caso”.
Finalmente accedió a hacerse el examen. Días después, vio en su celular que lo llamaba su doctora. “No siempre llaman, así que me alarmé”, dice. “Iba en coche al trabajo y tuve que parar”.
El análisis mostró niveles altos de antígeno prostático específico, una señal de advertencia. Una resonancia confirmó la presencia de una masa. Luego, una biopsia dio el diagnóstico definitivo: cáncer de próstata.

“En aquel momento me dijeron que era de grado 6, pero más tarde me enteré de que era de grado 7”, cuenta Jones, que se había casado poco antes. “Tenía miedo, pero soy una persona muy rezadora y creo que Dios siempre actúa”.
Jones tenía varias opciones: vigilancia activa, cirugía o radiación. Optó por una prostatectomía asistida por robot.
“Llevo 22 años trabajando en Northwestern y he visto muchas innovaciones”, afirmó. “Me sentí entusiasmado con el robot”.
La operación fue un éxito. “Parecían muy emocionados al decirme que me habían quitado todo el cáncer”, recuerda Jones. “Ese mismo día ya estaba andando”.

Hoy, casi dos años después, Jones sigue libre de cáncer. A pesar de algunas molestias temporales tras la operación, como urgencia urinaria y el uso de un catéter, pudo recuperar su rutina con la ayuda de ejercicios y técnicas recomendadas por sus médicos.
Su experiencia le dio una nueva perspectiva: “Solo quiero ayudar a la gente”, afirma. Ahora dedica su tiempo a generar conciencia entre otros hombres, especialmente los afroamericanos, sobre la importancia de detectar esta enfermedad a tiempo. “El amor propio es importante”, concluye.
Datos clave sobre el cáncer de próstata
Mayo Clinic describe el cáncer de próstata como un tipo de cáncer que se origina en la glándula prostática, una pequeña glándula en forma de nuez en los hombres que produce el líquido seminal que nutre y transporta el esperma. Muchos cánceres de próstata crecen lentamente y permanecen confinados a la glándula prostática, donde pueden no causar daños graves; sin embargo, algunos tipos son agresivos y pueden diseminarse rápidamente.
Los signos y síntomas del cáncer de próstata en etapa temprana pueden no ser evidentes. En etapas más avanzadas, los síntomas pueden incluir problemas para orinar, disminución de la fuerza del chorro de orina, sangre en la orina o el semen, dolor óseo y disfunción eréctil. Los factores que pueden aumentar el riesgo de cáncer de próstata incluyen la edad avanzada, antecedentes familiares de cáncer de próstata y la raza (los hombres de raza negra tienen un mayor riesgo).
La detección temprana es fundamental. Las pruebas de detección pueden incluir un examen rectal digital (DRE) y una prueba del antígeno prostático específico (PSA). El tratamiento para el cáncer de próstata varía según la etapa del cáncer, la agresividad y la salud general del paciente, e incluye opciones como vigilancia activa, radioterapia, cirugía, terapia hormonal y quimioterapia.