Marco Quilca León

Fue un día histórico. Y blanquiazul. El Polideportivo de Villa El Salvador se pintó con los colores azul y blanco para recibir la primera final de la Liga Peruana de Vóley 2025, y la primera vez en la que se usó la tecnología Challenge, también conocida como Desafío, algo similar al “ojo de halcón” del tenis que sirve para despejar dudas en jugadas polémicas. Influenció para bien, sí; pero Alianza Lima no la necesitó porque .

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Una enorme y emotiva banderola recibió a las íntimas a su ingreso al Polideportivo, luego de que Universitario venciera 3-2 a San Martín en el partido por el tercer lugar. La imagen desplegada en una de las tribunas mostraba una niña mirando un partido de vóley de Alianza con una pequeña banderola en sus brazos. Un gesto que muestra el idilio entre el hincha y el club en estos últimos años en los que ganaron la liga e hicieron una histórica participación en el Sudamericano de Clubes donde fueron finalistas y clasificaron al Mundial que se disputará entre agosto y septiembre de este año.

La imponente badera de los hinchas de Alianza Lima. (Foto: GEC)
La imponente badera de los hinchas de Alianza Lima. (Foto: GEC)

Regatas Lima, también con algunos hinchas en las gradas, se mostraba como un rival cansado por la exigencia de las semifinales ante la U: se definió en tres partidos, jugando el último el miércoles. Es decir, tuvo menos días de descanso. Y añadido a eso, sufrió la lesión de Alexandra Llaro y sus otras dos figuras en ataque, Kiara Montes y la estadounidense Emily Zinger, no pudieron entrenar con normalidad por estar resfriadas.

Con Llaro en el borde del campo sentada en una silla de ruedas por el esguince de tercer grado que sufre su tobillo izquierdo, Regatas mostró sus garras en un inicio. El primer set fue parejo, con las chorrillanas siendo superiores y las aliancistas con muchos nervios. Sin embargo, en la recta final del set el Polideportivo se convirtió en Matute en un partido de Copa Libertadores: un hervidero con la hinchada alentando incesantemente. Sandy Dorador, jugador del primer equipo femenino, estuvo en la tribuna desgarrando su garganta con los cánticos y enrojeciendo las palmas de sus manos.

Fue, entonces, que Alianza volvió a ser Alianza. Aixa Vigil, Maeva Orlé y Chabelita Sánchez se acordaron de sus mates y Clariveth Yllescas se encargó de ser un muro en los bloqueos junto a la armadora Marina Scherer, quien manejó los tiempos en los ataques.

La alegría de las íntimas, un poderío imparable

El segundo y tercer set fueron totalmente de Alianza Lima. Regatas se entregó completamente y la cara desconcertada del técnico Horacio Bastit lo decía todo: su equipo era superado completamente, en cada jugada y rincón del campo. Del otro lado, Facundo Morando, con la tablet en su mano, el entrenador argentino que lleva seis victorias al hilo desde que asumió celebraba, aplaudía y felicitaba a sus jugadoras. Indicaciones puntuales, suficiente para mantener el ritmo imparable de un equipo que cuando sonríe, es una máquina.

Y por delante está Chabelita Sánchez y sus mates furiosos. Quince puntos en su noche de gloria. También Maeva Orlé, Aixa Vigil y la ‘Princesita’ Julieta Lascano. Todas en su noche, todas mostrando lo mejor de su repertorio y entendiéndose de la mejor manera sobre el campo.

La hinchada aliancista se hizo presente en el Polideporito de Villa El Salvador. (Foto: GEC)
La hinchada aliancista se hizo presente en el Polideporito de Villa El Salvador. (Foto: GEC)

Chabelita fue elegida la mejor jugadora del partido para la Liga Peruana de Vóley, pero para Alianza fue Clariveth Yllescas, quien redujo al máximo cada ataque de Emily Zinger. ¿Qué tan importante fue eso? Pues, la estadounidense llegaba como la máxima anotadora del certamen con 436 puntos. Yllescas la dominó formando un muro en cada bloque.

Alianza juega y domina. Ataca y destruye. Pero también defiende, resiste. Si hay que ir al suelo, Marina Scherer, la armadora de casi metro 90, lo hace sin problemas. Si hay que derrumbar un cartel publicitario, Aixa está dispuesta a hacerlo. Y si hay que tirarse de cara o arriesgar la integridad física por defender un mate, Esmeralda Sánchez no tiene problemas. Ella, el corazón del equipo, grita en cada punto como si fuera el último y deja todo en el campo.

Ysabella Sánchez en acción. (Foto: GEC)
Ysabella Sánchez en acción. (Foto: GEC)

Ese es Alianza, hoy el mejor equipo de vóley femenino en el Perú. El campeón que dio el primer paso para lograr el bicampeonato a puertas de disputar por primera vez el Campeonato Mundial de Clubes. El cuadro que pasó por encima a Regatas en un día histórico para el voley nacional: se usó la tecnología Challenge. De las cinco veces que el entrenador Facundo Morando pidió la revisión, todas fueron puntos para las íntimas que celebran y ya planificar la segunda final que se jugará este domingo.

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SOBRE EL AUTOR

Periodista en Deporte Total de El Comercio desde 2018, el mismo año que Perú cumplió el sueño de volver a un Mundial. Siete años en el diario con coberturas de Eliminatorias, Copa América, Mundial, Juegos Olímpicos, Juegos Panamericanos, en vivo y streaming.