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Pese a ser viernes santo y la hora, el estadio Alejandro Villanueva lució un lleno total en sus cuatro tribunas para el partido entre Alianza Lima y Los Chankas FC. Minutos antes de que iniciara el encuentro, el club íntimo hizo el clásico recibimiento de luces y fuegos artificiales de cada partido; sin embargo, no contaron con que esta vez las consecuencias harían retrasar el encuentro y generar el fastidio en la delegación íntima.
Al utilizar extintores, los residuos terminaron sobre ambos arcos en forma de polvo y humo blanco que, a consideración del árbitro Augusto Menéndez, no permitían el inicio del encuentro. Cuando ya habían dos minutos de retraso, fue el mismo Hernán Barcos quien se acercó a las dos personas encargadas de limpieza a darles indicaciones sobre las zonas que eran más urgentes de ser atendidas. Las pifias no demoraron en llegar debido al retraso y el mismo Néstor Gorosito conversaba con el jefe de equipo sobre este fastidio.
Una vez que el arco de sur quedó habilitado, Menéndez indicó que también debían dirigirse al arco norte y luego de nuevo al de sur, motivo por el que el retraso ya no fue de cinco, sino ocho minutos y la molestia se podía ver en los jugadores que no dejaban de hacer calentamiento en el centro del campo.
Cuando todo parecía que ya estaba resuelto, un problema técnico del VAR demoró unos segundos más el inicio del partido y, finalmente, el partido inició a los diez minutos de pactado.

Chankas FC se plantó en Matute con mucha actitud y no le hizo nada fácil el trámite a los íntimos y, por su parte, su hinchada visitante también jugó su propio partido. Pese a solo abarcar el ‘codo’ de la tribuna ubicada entre Oriente y Norte, los cerca de 500 hinchas de Andahuaylas se las ingeniaban para que sus cánticos contagien a sus jugadores y hasta de animaban a organizar olas entre ellos que rápidamente fueron respondidas por las olas en el resto de tribunas locales.
Al ser Alianza Lima el mayor controlador del partido, esto hizo que Jhamir D’Arrigo tenga diversas chances de poder jugar por la banda, encarar y enganchar. Sin embargo, es sabido que lo que se le suele reclamar es el hecho de no tener buena entrega de balones en el momento correcto y esto fue fácilmente detectado por Gorosito a lo largo del partido.
Fue D’Arrigo el futbolista a quien Gorosito se cansó de dar más indicaciones y le pedía más calma y autoconfianza. Por el gesto de sus manos, el entrenador argentino dejaba entrever que la repartición de balón debía ser más asertiva y dentro de la cancha otro de los encargados en ‘ordenar’ a sus compañeros fue Fernando Gaibor.
Hacia el segundo tiempo, el partido venía siendo complicado para Alianza Lima y la frustración de los jugadores podía notarse en los pases erráticos. Hacia el minuto 65, una falta de Franco Saravia ante Kevin Quevedo en el área hizo levantarse al estadio y desesperar al ‘Pipo’ Gorosito.

Como nunca antes se le había visto, Gorosito pidió airadamente que la jugada sea revisada en el VAR, lo que hizo que el árbitro detuviera el encuentro y se dirija a su zona técnica. El asistente técnico de Alianza Lima acompañó a Gorosito con el reclamo y fue expulsado, por su parte, a Gorosito se le mostró la amarilla y fue su primera amonestación en el torneo nacional.
Finalmente, la jugada sí fue revisada y se cobró penal en favor de Alianza Lima. Sin necesidad de ninguna charla larga de por medio, Paolo Guerrero se puso pasos atrás del punto penal y Hernán Barcos cogió la pelota, como si se tratase algo ya conversado previamente.
Desde los doce pasos, el ‘Pirata’ abrió la cuenta e hizo estallar Matute. Sin embargo, apenas dos minutos después, el delantero de 41 años cambió la felicidad por la bronca cuando recibió la segunda tarjeta amarilla y fue expulsado.

Cuando Hernán Barcos recibió la tarjeta roja ninguno del banquillo de Alianza Lima, ni Néstor Gorosito reclamó, pues se trató de un pisotón bastante claro ante la vista de quienes estaban cerca. Barcos se retiró por el medio de la cancha y fue aplaudido por todas las tribunas. Gorosito le dio unas palmas en la espalda antes de que se dirija a vestuarios.
Kevin Quevedo fue a buscar a Erick Noriega, quien se ha convertido en su amigo más cercano en el vestuario aliancista y, pese al triunfo, por los gestos de seriedad, parecían conversar sobre puntos por mejorar en tanto al desempeño del equipo.
En una de las tribunas se vio una banderola que los aficionados de Alianza Lima mostraron en respaldo al Colo Colo de Chile y las dos personas fallecidas durante un incidente a las afueras del estadio.
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Licenciada de Comunicación por la Universidad de Lima. Trabaja en El Comercio desde el 2023, cubre Alianza Lima y la selección peruana desde el 2020 con pasado en RPP Noticias, ESPN y Diario Depor. Coautora del libro "Apoderándose del área".